Con promesas de colaboración y sin disculpas, autoridades de la BJ liberan a Otomíes detenidos arbitrariamente

Benito Juárez

Ciudad de México.- Tras la detención forzada de ocho integrantes de la comunidad indígena Otomí este jueves 17 de diciembre, los manifestantes de la toma del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, salieron a las calles para quemar muebles y papeles, en exigencia de la liberación de sus compañeros violentados.

Según un flash informativo, publicado por las autoridades de la BJ, en respuesta a una nota del Diario de México, donde se señala la agresión policiaca en contra de la comunidad; el altercado surgió a raíz de una denuncia ciudadana por trabajos en el inmueble de Juan Escutia número diez, en la colonia San Simón Ticumac.

NOTA RELACIONADA: Agentes de BlindarBJ someten con violencia a integrantes de la comunidad Otomí

De acuerdo con el documento publicado por la BJ, como si se justificara la violencia policial en contra de hombres desarmados, los primeros en lanzar agresiones fueron los integrantes de la comunidad indígena, por lo que los agentes decidieron usar la fuerza y detenerlos para evitar un conflicto mayor.

Sin embargo, tras la detención del asesor Diego García y las protestas en Av. Coyoacán, el Coordinador de Seguridad Ciudadana y Prevención del Delito, conocido como Jefe Goliat, tuvo que abrir una mesa de diálogo con la comunidad, donde se discutió la arbitraria detención de los ocho compañeros y la legalidad de la ocupación del predio de donde los sacaron.

De las cosas que se mencionan en la discusión es que, aparentemente, el Jefe Goliat ofreció realizar una disculpa pública a los detenidos, misma de la que se retractó, levantarles todos los cargos y apoyarlos en la realización de su objetivo de conseguir el terreno en Juan Escutia. Mismo que, según Diego García ya está otorgado por el gobierno de la CDMX y programado para su demolición, junto con los predios de Víctor Hugo 126, en la Portales y Certificados Seis, en la colonia Postal.

Según lo que dijo el Jefe Goliat, entre confusiones y desinformación de los acuerdos supuestamente firmados por el gobierno de la ciudad y después de darle a entender a los otomíes que no importa quien haya pegado primero; se comprometió a investigar si los oficiales realmente agredieron a algún individuo y a facilitarles las condiciones para la demolición y ocupación de los predios.

Entre las negativas de disculpa y la insistencia burocrática de las autoridades para la presentación de unos papeles que, según lo dicho, son de dominio público, los afectados señalaron que no sólo no agredieron a los policías sino que estos últimos tomaron herramientas del lugar de los hechos, para inculpar a los detenidos por robo con violencia.

“Si su compañero dice que le robamos, que venga y que me compruebe qué le robamos”, dijo uno de los afectados.

El coordinador de seguridad insistió en que la acción fue resultado de un mal entendido y una denuncia ciudadana, a lo que el asesor de los detenidos respondió aclarando que una cosa es ir a buscar a los trabajadores de la obra, contratados para la demolición, y otra muy diferente detener con violencia a los beneficiarios de los próximos programas de vivienda de la CDMX.

“Nos gritan, nos mientan la madre, como si fuéramos animales. No somos animales, somos seres humanos”, dijo uno de los detenidos.

si